
Vinimos acá para compartir lo poco que no tenemos:
como tijeras ,para cortar el vuelo a esta algarabía de gorriones que es nuestra alma;
como paredes, para cambiar los caminos que lleva el viento de la conciencia;
como corazas, para evitar los agrabios del desmidido flagelo de la felicidad y el amor.
Pero yo quiero compartirte mi desconcierto frente a esta afirmación,
que tanto parece agradar en los rostros miserables de los que caminamos por aca,
para dar paso a una pregunta errática y furiosa:
No es mejor cambiar la suerte que nos trajo esta desgracia,
mirarnos las manos para decir:
“no traigo cadenas, ni para vos ni para mi...
traigo nuestras incertidumbres, un par de teorias cuestionables,
y caricias para quien quiera compartirlas alguna vez”?
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