Es la vida; si, esta vida,
la que ofrece un podio a castos de alma y vida,
que compensa la paz con guerra
y las miradas con guadañas;
la maquinadora de repeticiones arbitrarias
y, muy a conciencia, portadora del capricho
que nos llena las manos de arena
para hacer las veces de polvo de oro;
la que desmiente a los soñadores
y enciende su risa en promesas falsas;
confabuladora fría de su propio sentido
inaccesible para los que sienten...
porque, afrontemoslo,
las palabras bellas son solo palabras
y no llenan ni un poco un alma seca...
verdaderas ganadoras de este juego cruel.
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