Debe ser el tacto que desafía la cordura
de descubrir una mentira que no ahogue;
destilando grafito a punta de dedo
y hurgando la sangre para darle tinte.
Una mazmorra segura a la distancia de un mundo
que hiere por su hirsuta costumbre de repoblarse
de sonrisas muelas... molinos de sal.
Que poco conoce a su propio cultivo!
Desafiarlo a replantearse es pagano
y abrumador intentarlo sabiendo que no hay caso;
por eso el grafito me calcina,
me detona los ojos y raspa la garganta...
lágrima pura para destruir un mundo
puto como el solo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario