Dextrosa, tu escasez me injuria.
El cáliz de la madreselva
me regaló, en su distopía,
esa gota tan suave...
esa gota tan dulce...
para dejarme los labios sedientos
y el semblante vacío;
para prohibirme la droga
mas fuerte que me regaló una vez...
y que ahora intenta venderme
sabiendo que no tengo tiempo con el que pagarle.
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