Destiná instantes a incorporarme a tu locura.
Pintame con tu trazo, con tu pulso y tu sangre.
Advertime que no me conviene detenerme acá
pero hace todo para que me quede.
Arranca mi odio y esparcilo por las paredes.
Tapa la ventana y que no entre un rayo de luz.
y cuando te vallas...
dejame una sonrisa de regalo
para abrigarme con ella el resto de la noche.
Tapa las ventanas y que no entre un rayo de luz.
ResponderEliminarEl tan hermoso arte de jugar con las sombras...
si lo es
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