tengo el animo enfermo.
No puedo teorizar sobre las cosas que me agobian
y mucho menos si no puedo tocarlas.
Cada cuanto mi pecho se auto-fagocita
con estigmas de algo que no existe?
Cuánto el cardo puede besar el hierro
en una estúpida plegaria de libertad?
Esperar la redención es un pretexto de cobardes,
y me siento tan cobarde hoy...
tan jodidamente cobarde.
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