No me interesa ser un mercenario de sonrisas.
Tengo suficiente con el silencio que me ofreces de limosna,
y si, entre tantos puntos y aparte,
se te ocurre agregar una mueca,
tengo que pedirte,
encarecidamente,
que no sea una moneda en un sombrero.
Chau, quedate el vuelto de propina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario